Bien podemos sorprendernos de que José, durante los veinte años que había estado en Egipto, especialmente durante los últimos siete años que había estado en el poder allí, nunca envió a su padre para que le informara de sus circunstancias; es más, es extraño que quien tan a menudo recorría toda la tierra de Egipto, nunca dio un paso a Canaán para visitar a su anciano padre. Cuando estaba en las fronteras de Egipto que estaban al lado de Canaán, tal vez no hubiera sido más de tres o cuatro días de viaje para él en su carro.

Es una conjetura probable que toda su gestión de sí mismo en este asunto fue por una dirección especial del cielo, que el propósito de Dios, con respecto a Jacob y su familia, podría cumplirse. Cuando llegaron los hermanos de José, él los conocía de muchas maneras, pero ellos no lo conocían, pensando poco en encontrarlo allí.

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