El habitante de Jerusalén. Enfermo: no tendrá motivo para quejarse de ninguna enfermedad o calamidad. Perdonados - No solo recibirán de mí una gloriosa liberación temporal; sino, lo que es infinitamente mejor, el perdón de todos sus pecados, y todas esas bendiciones espirituales y eternas que acompañan a esa misericordia.

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