Echa fuera - Y así conviértete en vagabundos, sin lugar para habitar. A tu casa: que seas hospitalario y hagas de tu casa un refugio para los que no tienen nada de lo suyo. No te escondas, que no busques ocasión de excusarte. Tu propia carne - Algunos limitan esto a nuestros propios parientes; pero no podemos mirar a nadie, pero allí contemplamos nuestra propia carne, y por eso es bárbaro, no sólo desgarrarlo, sino amarlo y socorrerlo.

Por tanto, dale de comer como te alimentarías a ti mismo, o serías alimentado; alójale como quisieras abrigarte a ti mismo, o estar protegido; vístelo como te vistes o te vistes; si en alguno de estos aspectos estuvieras en sus circunstancias.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad