Endurecer sus corazones - El diseño de la providencia de Dios no fue ablandar sus corazones para que obedecieran a los israelitas, sino entregarlos a su propia animosidad, orgullo, confianza y terquedad; para que su abominable e incorregible maldad fuera castigada, y para que los israelitas no se mezclen con ellos, sino que sean enteros entre ellos en la posesión de la tierra.

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