Odié, no amé a la posteridad de Esaú como amé a la de Jacob. Su herencia: el monte Seir con las montañas vecinas. Desperdicio: por los brazos de Nabucodonosor cinco años después del saqueo de Jerusalén, y mientras que el cautiverio de Jacob regresó y sus ciudades fueron reconstruidas, la de Esaú nunca lo fue. Los dragones - Criaturas que se deleitan en lugares desolados, por los cuales se significa la total desolación de Esaú.

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