El Señor de la mies - Cuyo peculiar trabajo y oficio es, y quién es el único capaz de realizarlo: al que empujaría, porque es un empleo que no agrada a la carne ni a la sangre; tan lleno de reproches, trabajos, peligros, tentaciones de todo tipo, que la naturaleza bien puede ser reacia a ello. Aquellos que nunca sintieron esto, nunca supieron todavía lo que es ser obreros en la mies de Cristo. Los envía, cuando los llama por su Espíritu, les proporciona gracia y dones para la obra, y les abre un camino para que se empleen en ella.

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