El primero: no Esdras, que no era gobernador, ni Zorobabel, sino otros entre él y Nehemías, a quien se abstiene de nombrar. Al lado, & c. - Que requerían de la gente todos los días para sufragar sus demás gastos. Sus sirvientes - Los gobernaron con rigor y crueldad; cuya culpa de los sirvientes recae sobre sus amos, porque no los refrenaron. Temía la misericordia de Dios y temía ofenderlo. Aquellos que verdaderamente temen a Dios, no se atreverán a hacer nada cruel o injusto. Y este no es solo un principio poderoso, sino aceptable, tanto de justicia como de caridad.

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