Tertuliano contra Marción Libro IV

El paralítico es curado,[281]

Tratado de Cipriano IV Sobre el Padrenuestro

No fue sólo con palabras, sino también con hechos, que el Señor nos enseñó a orar, orando Él mismo con frecuencia y rogando, y mostrándonos así, por el testimonio de Su ejemplo, lo que nos convenía hacer, como está escrito: “Pero él mismo se fue a un lugar desierto, y allí oraba”[80].

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Antiguo Testamento