Clemente de Alejandría El Instructor Libro I

De manera que de esto se desprende, que uno solo, verdadero, bueno, justo, a imagen y semejanza del Padre, su Hijo Jesús, la Palabra de Dios, es nuestro Instructor; a quien Dios nos ha confiado, como un padre afectuoso encomienda a sus hijos a un tutor digno, mandándonos expresamente: "Este es mi Hijo amado: escuchadlo"[260].

Tertuliano contra Práxeas

el Padre desde el cielo responde, con el fin de testimoniar al Hijo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a Él oíd"[311].

Fragmentos dogmáticos e históricos de Hipólito

Él mismo lo ha dejado claro cuando habló a su Padre acerca de los discípulos: "La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en uno, para que el mundo sepa que tú me enviaste.”[228]

Fragmentos dogmáticos e históricos de Hipólito

Este es Aquel que fue consultado por los sabios, y señalado por la estrella; Aquel que estaba ocupado en la casa de Su Padre, y señalado por Juan, y testificado por el Padre desde lo alto con la voz: "Este es mi Hijo amado; a Él oíd".[293]

Epístola de Cipriano LXII

Y de que sólo Cristo debe ser oído, el Padre también lo testifica desde el cielo, diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd"[29].

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

Asimismo en el Evangelio según Mateo: "Y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a Él oíd"[55].

Pseudo-Gregory Taumaturgus Cuarta homilía

turar al Padre del Unigénito, el único que conoce perfectamente a Aquel que sólo Él engendró sin pasión, para corregir las imaginaciones erróneas de los judíos, abrió las puertas de los cielos y envió el Espíritu Santo en forma de paloma, posándose sobre la cabeza de Jesús, señalando así al nuevo Noé, sí, al hacedor de Noé, y al buen piloto de la naturaleza que naufraga. Y Él mismo llama con voz clara desde el cielo, y dice: "Este es mi Hijo amado"[22].

Homilía Clementina III "Pero también se escuchó una voz del cielo que decía: 'Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; escúchenlo'[49].

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