Ireneo contra las herejías Libro IV

Este es el Padre de nuestro Señor, por cuya providencia subsisten todas las cosas, y todas son administradas por Su mandato; y Él confiere Sus dones gratuitos a aquellos que deberían [recibirlos]; pero el Justísimo Retribuidor reparte [castigo] según sus merecimientos, muy merecidamente, a los ingratos ya los que son insensibles a Su bondad; y por eso dice: "Envió sus ejércitos, y destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad".[585]

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