Dime,. te ruego, tu nombre.

Se le había dado un nuevo nombre a Jacob, y esto lo anima a preguntar el nombre de su visitante celestial, a quien sin duda reconoció como el mensajero de Jehová. Es posible que deseara saber su nombre para poder invocar su ayuda en caso de necesidad. Si este era su propósito, lo era. se equivoca, y no se da el nombre, quizás por la misma razón que Dios tomó el cuerpo de Moisés. En lugar del nombre que recibió. bendición. Había clamado: "No te dejaré ir si no me bendices", y en esta petición prevaleció.

Bendito sea.

Un interés en la bendición del ángel es mejor que el conocimiento de su nombre. El árbol de la vida es mejor que el árbol del conocimiento. Así Jacob llevó a cabo su punto; - una bendición por la que luchó, y. bendición que tuvo; ni ninguno de los de su descendencia en oración buscó en vano. Vea cuán maravillosamente Dios se digna a favorecer y coronar la oración inoportuna. Aquellos que deciden, aunque Dios los mate, confiar en él, finalmente serán más que vencedores.-- Henry.

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