Porque el Padre mismo os ama.

Esto declara la razón por la cual no es necesario que ore al Padre por ellos, y debe leerse en conexión inmediata con el versículo anterior. Hay que tener en cuenta que Cristo no dice que no orará al Padre, sino que enseña que no se necesita intercesión para ganar el amor del Padre. Cristo en otra parte enseña que él es nuestro Intercesor.

Porque me habéis amado y habéis creído, etc.

Esta es la razón por la que el Padre nos ama. Es cierto que amó tanto al mundo aun estando en pecado que envió a su Hijo para salvar, pero la plenitud y la dulzura de su amor no pueden ser otorgadas a aquellos que rechazan su amor como se manifiesta en su Hijo. Sólo pueden disfrutar de su plena realización aquellos que por la fe y el amor de Cristo entran en la adopción de los hijos de Dios. El amor del padre al pródigo en un país lejano, derrochando sus bienes en una vida desenfrenada, es muy diferente del amor del Padre al pecador arrepentido y con el corazón quebrantado que regresa para confesar sus pecados y pedir perdón.

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Nuevo Testamento