Ver 24. Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas: y sabemos que su testimonio es verdadero. 25. Y hay también muchas otras cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran todas, supongo que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se deberían escribir. Amén.

CHRYS. Juan apela a su propio conocimiento de estos hechos, habiendo sido testigo de ellos: Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas. Cuando afirmamos cualquier hecho indudable en la vida común, no retenemos nuestro testimonio: mucho menos lo haría él, que escribió por inspiración del Espíritu Santo. Y así los otros Apóstoles, Y nosotros somos testigos de estas cosas, y escribimos estas cosas. Juan es el único que apela a su propio testimonio; y lo hace, porque fue el último que escribió.

Y por eso menciona a menudo el amor de Cristo por él, es decir, para mostrar el motivo que lo llevó a escribir, y para dar peso a su historia. Y sabemos que su testimonio es verdadero. Estuvo presente en todos los eventos, incluso en la crucifixión, cuando nuestro Señor le entregó a Su madre; circunstancias que muestran tanto el amor de Cristo como su propia importancia como testigo. Pero si alguno no cree, considere lo siguiente:

Y hay también muchas otras cosas que hizo Jesús. Si cuando había tantas cosas que contar, no he dicho tanto como el otro, y he elegido muchas veces reproches y desprecios con preferencia a otras cosas, es evidente que no he escrito parcialmente. El que quiere sacar provecho de otro hace todo lo contrario, omite las partes deshonrosas.

AGO. Los cuales, si se escribieran todos, supongo que ni el mundo mismo podría contener los libros que se deberían escribir; no queriendo decir que el mundo no tenía espacio para ellos, sino que la capacidad de los lectores no era lo suficientemente grande para contenerlos: aunque a veces las palabras mismas pueden exceder la verdad, y sin embargo lo que expresan es verdadero; un modo de hablar que no se usa para explicar una cosa oscura y dudosa, sino para magnificar o estimar una cosa simple: ni implica ninguna desviación del camino de la verdad; por cuanto el exceso de la palabra sobre la verdad es evidentemente sólo una figura del lenguaje, y no un engaño. A esta manera de hablar los griegos la llaman hipérbole, y se encuentra en otras partes de la Escritura.

CHRYS. Se dice que esto muestra el poder de Aquel que hizo los milagros; i. e que tan fácil era para él hacerlas, como lo es para nosotros hablar de ellas, siendo que él es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.

EL FIN.

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