Verso 7. Por muchos engañadores.

La razón de la seriedad de su exhortación a la estabilidad en la fe se destaca aquí. Hay engañadores en el mundo, no uno, sino muchos. Estos deben ser guardados para que no se cause apostasía, y los dignos pierdan su recompensa.

Quienes no confiesan que Jesucristo.

Estos engañadores se niegan a confesar que Jesucristo ha venido en carne; es decir, estas personas a quienes llamo engañadores. Usted puede conocerlos por sus declaraciones. Dicen que el Jesús predicho por los profetas, y que nació en Belén, bautizado de Juan; que enseñó en Palestina, sanó a los enfermos, echó fuera demonios, dio vista a los ciegos, y el habla a los mudos, y resucitó a los muertos; quien fue crucificado, muerto y sepultado en la tumba de José; resucitó de entre los muertos, ascendió a lo alto, envió el Espíritu Santo, comisionó a sus apóstoles, de los cuales yo soy uno, a predicar el evangelio de que todas estas cosas no sucedieron; que no hay verdad en todo esto; Jesús aún no ha venido, y nos negamos a obedecer a este Jesús que predica Juan su apóstol. De estos, y tales como estos, el escritor afirma engañador, anticristo opositor de Cristo.

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