El juicio sobre los poderes gentiles. La escena está majestuosamente concebida. Se establecen tronos para los poderes celestiales, los asesores del Juez: el Todopoderoso mismo aparece en la semejanza de un anciano, sentado en un trono de llamas: ángeles en incontables miríadas lo rodean: y los libros que registran los hechos de los gobernantes gentiles son abiertos. Las cuatro bestias son entregadas a la destrucción: mientras que una figura en forma humana es traída ante el Todopoderoso en las nubes del cielo, y recibe de Él un dominio eterno.

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