El movimiento de las ruedas se correspondía con el de los seres vivientes. Estaban animados por el mismo espíritu que las criaturas, y formaban parte de todo el fenómeno viviente. En el Libro de Enoc, las "ruedas" (Ophannim) son una clase de ángeles, nombrados junto con Serafines y Querubines, cap. lxi. 10; lxx. 7.

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