Cuadro vívidamente dibujado del arrepentimiento de Judá. De los lugares altos, escenarios mismos de su exceso idólatra, llega un sonido, al principio de un llanto inarticulado. En respuesta a la misericordiosa invitación de Jehová, la emoción se aventura a expresarse en palabras de profunda vergüenza y contrición.

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