Tercer discurso de Bildad

¿Cómo debe ser puro el Hombre, que es un Gusano, ante el Omnipotente Gobernante del Universo?

Bildad tal vez se sienta incapaz de responder a los hechos de experiencia aducidos por su oponente, y no continuará la disputa. Sin embargo, no se retirará sin al menos expresar una protesta contra el espíritu de su adversario y en favor del pensamiento reverencial acerca de Dios. Sean como sean los hechos de la historia presentados por Job, el espíritu en el que se presentan, y las conclusiones con respecto a Dios fundadas en ellos, deben ser para siempre falsos.

Bildad no parece tocar el argumento de Job en cuanto al gobierno de Dios en el mundo. Él sólo busca subyugar la inconmensurable arrogancia de Job al pensar que sería declarado inocente si se lo coloca ante el tribunal de Dios (cap. Job 23:3-7 ), y al desafiar la rectitud del gobierno de Dios sobre el mundo. Con este punto de vista contrasta la exaltada Majestad de Dios y su poder universal, al que obedecen las innumerables huestes en lo alto, y la pureza de Dios a cuyos ojos la luna es oscura y las estrellas no son puras, con la pequeñez y la naturaleza terrenal de hombre que es un gusano.

Estos pensamientos ya habían sido expresados ​​por otros oradores en la controversia, como por Elifaz, cap. Job 4:17 ss ., y cap. Job 15:14 seq ., y la breve y simple repetición de ellos por Bildad indica que la controversia se ha agotado.

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