El asno salvaje. ¿Quién le dio al asno salvaje su libertad y su indomable amor por la libertad que desprecia el ruido de las ciudades y se ríe de los gritos del cochero, que su hermano manso obedece? El punto de las preguntas radica no solo en las sorprendentes peculiaridades de la hermosa criatura en sí, sino en el extraño contraste entre ella y el asno manso, al que se parece en apariencia externa.

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