Los israelitas pecaron con las mujeres de Moab, y fueron invitados por ellas a las fiestas de sacrificio del dios local (JE). 6 15. Un israelita trajo una mujer madianita al campamento, y Finees, por su celo en matarlos a ambos, recibió la promesa de que su descendencia debería poseer perpetuamente el sacerdocio (P). Las narraciones son bastante distintas, pero ambas expresan la condena de la inmoralidad de los israelitas al asociarse con mujeres extranjeras.

El interés del primero es profético y se relaciona con la lucha entre la adoración pura de Jehová y los cultos locales nativos. El interés de este último es eclesiástico y tiene que ver con la sucesión del sacerdocio aaronita.

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