El siguiente comentario cubre los capítulos 9, 10, 11 y 12.

Después de la muerte de Gedeón, vemos los resultados de esta distancia de Dios en las luchas internas que tuvieron lugar entre los hijos de Israel. Son ingratos con la casa de Gedeón, y estalla la guerra entre ellos por el caudillo que ellos enarbolan, y que en vez de pelear con los enemigos de Dios, sólo busca el dominio sobre el pueblo que ahora está en paz ( Jueces 9 ) .

El derrocamiento de los hombres de Siquem y de Abimelec es seguido por una paz temporal, después de la cual el pueblo vuelve a caer en su iniquidad idólatra, y Jehová los vende en manos de las naciones a cuyos dioses sirven. Muy angustiados por sus enemigos, los hijos de Israel claman a Jehová, quien los reprocha por su conducta pasada y los envía de regreso a los dioses que habían estado adorando. Entonces el pueblo quitó a los dioses extraños de en medio de ellos. Jehová es movido a compasión ( Jueces 10 ).

Israel, sin jefe, recurre al capitán de una tropa de "hombres vanos", y promete obedecerle si se pone a la cabeza. Jefté consiente. Pero aunque esto fue una liberación, vemos en todo esto cuán profundamente había caído Israel. Jefté mismo sufre cruelmente por su voto precipitado; y, además, cuando el orgullo de los efraimitas los llevó a quejarse de que no habían sido tratados con el debido respeto, la calma y la sabiduría de alguien que conocía a Jehová como lo hizo Gedeón, no se encontraron en Jefté.

¡Qué diferencia entre estos días y los de Josué! Dios multiplica Sus liberaciones; pero esto no tiene efecto en la incredulidad del pueblo, y su condición sigue empeorando cada vez más ( Jueces 11:12 ).

Después de Jefté, Israel vuelve a disfrutar de un intervalo de paz bajo la dirección de varios jueces que Dios suscita. Pero pronto vuelven a su curso anterior de pecado, y Jehová los entrega en manos de los filisteos. La historia de Sansón nos da el comienzo de la relación de Israel con estos enemigos acérrimos, que sólo cesó cuando David los hubo subyugado. Los filisteos en este período estaban en el apogeo de su poder. Pero lo importante aquí es la historia de Sansón (Jueces 13-16).

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