En Salmo 60 el remanente reconoce que Dios los ha desechado. Su única esperanza es que Él se vuelva a ellos nuevamente. Este es exactamente el punto de la justicia de Israel como nación: no buscar ayuda en otra parte, no hay espíritu de rebelión. Aceptan el castigo de su iniquidad. Aun así, Dios había puesto Su estandarte entre los fieles de Israel. Él era su Jehová-nissi. Ahora lo miran a Él. El final del salmo es Dios afirmando su título sobre la tierra prometida. La victoria será para Israel a través de Él.

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