Aconteció en Iconio que entraron de la misma manera en la sinagoga de los judíos y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos y de griegos. Pero los judíos que no creían inflamaron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. Así pues, pasaron bastante tiempo hablando con denuedo en el nombre del Señor, quien daba testimonio de la palabra de su gracia haciendo que sucedieran señales y prodigios por medio de sus manos.

La población de la ciudad se partió en dos. Algunos se pusieron del lado de los judíos y otros de los apóstoles. Cuando los gentiles y los judíos con sus líderes se unieron en un movimiento para atacarlos y apedrearlos, descubrieron lo que estaba sucediendo y huyeron a salvo a las ciudades de Lycaonia, Listra y Derbe, y el distrito circundante. Y allí continuaron predicando las buenas nuevas.

Pablo y Bernabé se dirigieron a Iconio, a unas 90 millas de Antioquía. Era una ciudad tan antigua que decía ser más antigua que Damasco. En el oscuro pasado había tenido un rey llamado Nannacus y la frase "desde los días de Nannacus" era proverbial para "desde el principio de los tiempos". Como de costumbre comenzaron en la sinagoga y como de costumbre tuvieron buen éxito; pero los celosos judíos incitaron a la multitud y una vez más Pablo y Bernabé tuvieron que seguir adelante.

Debe notarse que Pablo y Bernabé estaban cada vez más tomando sus vidas en sus manos. Lo que se proponía en Iconio no era otra cosa que un linchamiento. Cuanto más iban Pablo y Bernabé, más se alejaban de la civilización. En las ciudades más civilizadas sus vidas al menos estaban a salvo porque Roma mantenía el orden; pero en el desierto, Pablo y Bernabé estuvieron siempre bajo la amenaza de la violencia de la muchedumbre frigia agitada por los judíos. Estos dos eran hombres valientes; y siempre se necesita coraje para ser cristiano.

CONFUNDIDO POR DIOSES EN LISTRA ( Hechos 14:8-18 )

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