7. Pero la manifestación del Espíritu se da a cada hombre. Ahora señala el propósito para el cual Dios ha designado sus dones, porque no los confiere en vano, ni tiene la intención de que sirvan al propósito de la ostentación. Por lo tanto, debemos indagar sobre el propósito para el cual son conferidos. En cuanto a esto, Pablo responde - (con miras a la utilidad) - πρὸς τὸ συμφερον; es decir, que la Iglesia pueda recibir ventaja de ese modo. La manifestación del Espíritu puede tomarse en un sentido pasivo y activo, en un sentido pasivo, porque allí donde hay profecía, conocimiento o cualquier otro don, el Espíritu de Dios se manifiesta allí, en un activo sentido, porque el Espíritu de Dios, cuando nos enriquece con cualquier don, desbloquea sus tesoros, con el propósito de manifestarnos aquellas cosas que de otro modo se habrían ocultado y encerrado. La segunda interpretación se adapta mejor. La opinión adoptada por Crisóstomo es bastante dura y forzada: que este término se usa, (736) porque los no creyentes no reconocen a Dios, excepto por milagros visibles.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad