8. Yo digo, entonces, a los solteros. Esto depende de lo que ocurra antes, y es una especie de inferencia de ello. Él había dicho que los dones de Dios están distribuidos de manera variada: que la contingencia no está en el poder de todos, y que aquellos que la tienen no deben recurrir al remedio. Ahora dirige su discurso a las vírgenes, a todos los solteros y a las viudas, y permite que ellas deseen una vida de solteros, siempre que tengan el poder; pero ese respeto siempre debe ser tenido por cada individuo al poder que posee. La suma es la siguiente: que una vida de soltero tiene muchas ventajas, y que estas no deben ser despreciadas, siempre que cada uno se mida a sí mismo de acuerdo con su propio tamaño y medida. (392) Por lo tanto, aunque la virginidad debe exaltarse incluso al tercer cielo, esto, al mismo tiempo, siempre es cierto, que no sirve para todos, pero solo aquellos que tienen un regalo especial de Dios. En cuanto a la objeción presentada por los papistas: que en el bautismo, también, le prometemos a Dios la pureza de la vida, que no está en nuestro poder realizar, la respuesta es fácil: que en eso no prometemos nada más que lo que Dios requiere de todo su pueblo, pero esa contingencia es un regalo especial, que Dios ha ocultado a muchos. Por lo tanto, aquellos que hacen un voto de contingencia, actúan precisamente como si una persona analfabeta e ignorante se presentara como profeta, maestro o intérprete de idiomas.

También debemos notar cuidadosamente la palabra continuar; porque es posible que una persona viva casualmente en un estado de celibato por un tiempo, pero no debe haber en este asunto ninguna determinación para mañana. Isaac estuvo soltero hasta los treinta años y pasó en castidad aquellos años en que los calores de deseo irregular son más violentos; Sin embargo, después es llamado a entrar en la vida matrimonial. En Jacob tenemos una instancia aún más notable. Por lo tanto, el Apóstol desearía que aquellos que actualmente practican la castidad, continúen en ella y perseveren; pero como no tienen seguridad para la continuación del regalo, exhorta a todos a considerar cuidadosamente lo que se les ha dado. Este pasaje, sin embargo, muestra que el Apóstol no estaba casado en ese momento; En cuanto a la inferencia hecha por Erasmo, que él estaba casado, porque se menciona a sí mismo en relación con las personas casadas, es frívolo y tonto; porque podríamos, según el mismo principio, inferir que era viudo, (393) porque habla de sí mismo en relación con las viudas. (394) Ahora las palabras íntimas, que en ese momento no estaba casado; porque no admito la conjetura de que haya guardado a su esposa en algún lugar y que por su propia cuenta haya abandonado el uso de la cama matrimonial. Porque donde, en ese caso, había sido la orden judicial, (395) ¿Volvieron a reunirse sin demora? (1 Corintios 7:5.) Sin duda sería un absurdo decir que no obedeció sus propios preceptos y que no cumplió la ley que impuso a los demás. Sin embargo, es una muestra singular de modestia, que, aunque él mismo está dotado del don de la contingencia, no requiere que otros se unan a su gobierno, sino que les permite ese remedio para la enfermedad que prescinde. Imitemos, entonces, su ejemplo, de modo que si sobresalimos en algún regalo en particular, no insistamos rigurosamente en ello por parte de otros, que aún no han alcanzado esa altura.

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