9 El que dice que está en la luz persigue la misma metáfora. Dijo que el amor es la única regla verdadera según la cual se formará nuestra vida; dijo que esta regla o ley se nos presenta en el Evangelio; él dijo, por último, que está allí como la luz meridiana, que debe ser observada continuamente. Ahora, por otro lado, concluye que todos son ciegos y caminan en la oscuridad que son extraños para amar. Pero lo que mencionó antes del amor de Dios y ahora del amor de los hermanos, no implica más contrariedad que la que existe entre el efecto y su causa. Además, estos están tan conectados entre sí que no se pueden separar.

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