10 Y que se prueben por primera vez Él desea que los elegidos no sean desconocidos, sino que se determine su integridad, como la de los obispos. Y, por lo tanto, es evidente que se les llama irreprensibles a quienes no se les mancha ningún vicio marcado. Además, esta prueba no es por una sola hora, sino que consiste en una larga experiencia. En una palabra, cuando los diáconos deben ser ordenados, la elección no debe ser aleatoria, y sin selección, en cualquiera que se presente, pero esos hombres deben ser elegidos y aprobados por su vida pasada de tal manera que, después de lo que se puede llamar investigación completa, se determina que están bien calificados.

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