3. Pero he enviado a los hermanos. Ahora presenta la razón: por qué es que, mientras recibe una opinión favorable en cuanto a su disposición, él, sin embargo, se propone cuidadosamente para exhortarlos. “Yo consulto”, dice él, “mi buen nombre y el tuyo; porque mientras prometí en su nombre, ambos, en común, incurriríamos en desgracia, si las palabras y los hechos no correspondieran. Por eso deberías tomar mis miedos en buena parte.

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