11 El funcionamiento del engaño. Él quiere decir que los errores no solo tendrán un lugar, sino que los malvados serán cegados, de modo que se precipitarán hacia la ruina sin consideración. Porque como Dios nos ilumina internamente por medio de su Espíritu, para que su doctrina sea eficaz en nosotros, y abra nuestros ojos y corazones, para que pueda abrirse camino hacia allí, así, mediante un juicio justo, lo entrega a una mente reprobada (Romanos 1:28) aquellos a quienes ha designado para la destrucción, que con los ojos cerrados y una mente sin sentido, pueden, como hechizados, entregarse a Satanás y sus ministros para ser engañados. Y seguramente tenemos un espécimen notable de esto en el Papado. No hay palabras para expresar cuán monstruoso es un sumidero de errores (682) que hay allí, cuán grosero y vergonzoso es el absurdo de las supersticiones, y qué delirios están en desacuerdo con sentido común. Nadie que tenga un gusto moderado por la sana doctrina puede pensar en cosas tan monstruosas sin el mayor horror. ¿Cómo, entonces, podría perderse el mundo entero en asombro ante ellos, si no fuera que los hombres fueron golpeados con ceguera por el Señor, y convertidos, por así decirlo, en tocones?

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