26. Maldito el que no confirma. Aunque era el propósito de Dios convocar las conciencias de todos los hombres delante de Él y, para que no solo temieran los juicios humanos, Él los amenazó con el castigo de los pecados secretos, pero la conclusión, que ahora se agrega, extiende el mismo juicio a todas las iniquidades de cualquier tipo. No, declara brevemente, que cualquiera que no cumpla lo que la Ley requiere, está maldito. De donde infiere Pablo correctamente, que "la mayoría de las obras de la Ley están bajo la maldición". (Gálatas 3:10.) Porque permita que el hombre más perfecto se presente, y, aunque haya luchado con tanta diligencia por cumplir la Ley, se habrá ofendido al menos en algún momento; ya que la declaración de James debe tenerse en cuenta, "Quienquiera que guarde toda la ley, y sin embargo ofende en un punto, es culpable de todo". porque el que prohibió el asesinato y el adulterio, también prohibió el robo. (Santiago 2:10.) De hecho, Pablo no cita las mismas palabras de Moisés, porque así cita su testimonio;

"Maldito todo aquel que continúa, no en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley para hacerlas" (Gálatas 3:10;)

pero no hay diferencia en el sentido, ya que todos aquí están condenados sin excepción, quienes no han confirmado la Ley de Dios, a fin de cumplir al máximo lo que sea que contenga. Por lo tanto, si está claro que, en cualquier aspecto, la deficiencia se revela a sí misma, lleva a los hombres a la maldición; y a esto se ordena a los israelitas que den su asentimiento, a fin de reconocer que todos, sin excepción, se perdieron, ya que estuvieron involucrados en la maldición. Y hoy en día, también, es necesario que todos, para un hombre, seamos golpeados con la misma desesperación, para que, abrazando la gracia de Cristo, seamos liberados de este melancólico estado de culpa; ya que fue maldito por nosotros, para poder redimirnos de la maldición de la ley. (Gálatas 3:13.)

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