22. Pero todas las mujeres tomarán prestado. (47) Aquellos que consideran que estos medios de enriquecer a las personas son poco pero de acuerdo con la justicia de Dios, ellos mismos reflejan muy poco cuán ampliamente esa justicia de la cual ellos hablan se extiende. Reconozco que es Su atributo defender los derechos de todos, prohibir el robo, condenar el engaño y el rapine; pero veamos cuáles son las propiedades de cada uno. ¿Quién se jactará de que tiene algo, excepto lo que Dios le ha dado? Y todo se da con esta condición, que cada uno debe poseer de acuerdo con su voluntad lo que Dios quiera, que es libre de quitar en cualquier momento lo que haya dado. Los hebreos echaron a perder a los egipcios; y si este último se quejara de que se lesionó, argumentarían en contra de Dios que Él les había transferido sus propios obsequios a otros. ¿Se escucharía esta queja de que Dios, en cuyas manos están los confines de la tierra, que por su poder designa los límites de las naciones y reduce a sus reyes a la pobreza, había privado a ciertas personas de sus muebles y joyas? Algunos establecen otra defensa, que los hebreos no tomaron nada que no fuera suyo, sino solo el salario que se les debía; porque fueron conducidos inicuamente a labores serviles, y habían subsistido significativamente de lo que les pertenecía. Y ciertamente habría sido solo que su trabajo debería haber sido recompensado de alguna manera. Pero no hay necesidad de sopesar el juicio de Dios según las reglas ordinarias, ya que ya hemos visto que todas las posesiones del mundo son Suyas, para distribuirlas según Su placer. Sin embargo, no supongo que esté sin ley; porque aunque su poder está por encima de todas las leyes, todavía, porque su voluntad es la regla más segura de equidad perfecta, cualquier cosa que haga debe ser perfectamente correcta; y por lo tanto está libre de leyes, porque es una ley para sí mismo y para todos. Tampoco diría simplemente con Agustín, (48) que este era un mandato de Dios que no debería ser interrogado sino obedecido, porque Él sabe que Él ordena con justicia, y que sus siervos deben cumplir obedientemente lo que Él ordene. De hecho, esto se dice de verdad y, sin embargo, debemos mantener firme ese principio más elevado, que, dado que las personas que llaman suyas poseen solo por la generosidad de Dios, no hay un título más justo de posesión que Su regalo. Por lo tanto, no diremos que las mujeres hebreas robaron lo que Dios les ordenó tomar, y que Él eligió otorgarles; tampoco se considerará a Dios injusto al otorgar nada más que lo que era suyo. (49) La palabra que he traducido "hospitem" o "anfitriona", algunos entienden como "compañero de viaje"; y esto no es muy importante, porque deducimos de la otra palabra, que los egipcios estaban mezclados entre los hebreos. Al final del versículo, debido a que el original expresa, "los pondrás sobre tus hijos y sobre tus hijas", casi todos los intérpretes lo exponen para que signifiquen que deben adornarlos; pero me parece que solo se refiere a la abundancia del botín; tanto como para decir, no solo obtendrás todo lo que puedas llevar, sino que también cargarás a tus hijos e hijas.

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