15. Seque cuando Faraón lo vio. Por lo tanto, parece que el miserable tirano, como una serpiente sinuosa, se retorció y volvió su mente a consejos torcidos; porque cuando temblaba bajo el sentimiento actual del poder de Dios, no se atrevía a resistir obstinadamente por más tiempo; solo buscaba un poco de tiempo para respirar; ahora, liberado del miedo, regresa a su antigua contumacia. Pero esta es una señal de una disposición perversa y torcida, no para someterse voluntariamente, sino para pagar solo una deferencia temporal, cuando la necesidad es más que generalmente urgente. Dios sabía de antemano, y había predicho a Moisés, que esta perfidia estaba oculta en los recovecos de su corazón; pero estaba dispuesto a sacarlo a la luz y, por lo tanto, remitió el castigo; y de ahí la oportunidad de disimular.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad