5. Porque cada hombre llevará sus propias cargas. Para destruir la pereza y el orgullo, nos presenta el juicio de Dios, en el que cada individuo por sí mismo, y sin comparación con los demás, dará cuenta de su vida. Es así que somos engañados; porque si un hombre que tiene un solo ojo se coloca entre los ciegos, considera que su visión es perfecta; y una persona rojiza entre negros se considera blanca. El apóstol afirma que las conclusiones falsas a las que nos conducen así no encontrarán lugar en el juicio de Dios; porque allí cada uno llevará su propia carga, y ninguno será absuelto por otros de sus propios pecados. Este es el verdadero significado de las palabras.

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