36. Y los madianitas lo vendieron a Egipto. Fue un espectáculo triste, que José fuera llevado de una mano a otra. Para ello no añadió una pequeña indignidad a su antiguo sufrimiento, que está destinado a la venta como esclavo. El Señor, sin embargo, dejó de no preocuparse por él. Incluso sufrió que lo transfirieran de una mano a otra, para que, por fin, pudiera parecer que había llegado, por guía celestial, a ese mismo dominio que le habían prometido en sus sueños. Potifar se llama eunuco, no porque realmente fuera uno; pero porque, entre los orientales, era habitual denotar a los sátrapas y príncipes de la corte con ese nombre. Los hebreos no están de acuerdo con respecto a la dignidad que Moisés le atribuye; porque algunos lo explican como el "jefe de los asesinos", (136) a quien siguen los intérpretes griegos. Pero estoy bastante de acuerdo con otros, que dicen que él era "el prefecto de los soldados"; no porque él tuviera el mando de todo el ejército, sino porque tenía a las tropas reales bajo su mano y autoridad: tales son ahora los capitanes de la guardia, si se unen a ella otra oficina que ejercen los prefectos de la prisión. Para esto se puede obtener de Génesis 39:1 (137)

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