31. Después de eso, ha dicho que Cristo salió de la tumba, que estaba acosado por los ministros contratados de los adversarios, ahora agrega que se apareció a muchos de los discípulos, que dieron testimonio fiel a la gente. Y los llama testigos, ya sea respecto de su oficio; porque fueron elegidos para este propósito, como ya dijimos en el primer capítulo, (Hechos 1:8;) o simplemente declararon que profesaban abierta y libremente lo que sabían acerca de Cristo. Con lo cual se deduce que el asunto se dio a conocer abiertamente (810) en Jerusalén. Y la prueba no fue tan ligera; porque, en el poder temible de los enemigos, que estaban listos y dispuestos a resistir, y no omitieron nada, a pesar de todo, afirmaron abiertamente que Cristo resucitó, y también vieron a esa cosa con sus ojos; porque si hubiera habido alguna refutación en la preparación, los escribas no la habrían descuidado.

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