6. Porque este pueblo ha despreciado (o despreciado (124) ) las aguas de Shiloah Para que Acaz no duerma con una expectativa infundada, el Profeta de repente interrumpe su discurso sobre la seguridad general de los piadosos, y luego amenaza con castigar a los no creyentes. Algunos piensan que habla en contra de aquellos que deseaban revoluciones; Como sucede con frecuencia que la multitud no está satisfecha con su condición actual y desea tener un nuevo rey. Aquellos que están enfermos a menudo esperan que, por un cambio de lugar, tengan una mejor salud. Tan perversa es la voluntad de los hombres, que cuando las cosas no van a su deseo, buscan un cambio en su condición, lo arrebatan con entusiasmo y esperan obtener algo de alivio.

Pero creo que el significado del Profeta es más extenso y no se aplica solo a aquellos que desean un cambio; pero que el discurso es general e incluye todos los rangos; porque la impiedad y el desprecio de Dios prevalecían casi universalmente, y él no habla de unas pocas personas, o de un partido en particular, sino del gran cuerpo de la nación. Confieso, de hecho, que él exceptúa a unas pocas personas, siervos de Dios, que luego serán mencionados; pero eso no impide que las protestas de Isaías se dirijan contra toda la nación; porque dado que casi todos estaban corrompidos, él los reprende con justicia. El delito es que la gente, desconfiando de su propia debilidad, buscaba una mayor riqueza y mayores fuerzas. Él dice, por lo tanto, que despreciaban las aguas de Siloé, porque los judíos despreciaban y desdeñaban su condición.

Y su alegría fue para Rezin y el hijo de Remaliah. (125) Algunos lo hacen con Rezin, pero la preposición de expresa más completamente el deseo perverso. Quiere decir que los judíos, al percibir que no tenían fortalezas fuertes, miraron en otra dirección y anhelaron la riqueza del reino de Israel. Al contemplar su pequeño número y su pobreza, temblaron y no confiaron en Dios, sino solo en la ayuda externa, y pensaron que estarían perfectamente a salvo si tuvieran un rey tan poderoso como los israelitas. Así se regocijaron en las riquezas de los demás y en anhelarlos.

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