Ahora entendemos más claramente lo que ya he dicho, que el Profeta promete aquí que habrá concordia entre las diez tribus y el reino de Judá, cuando ambas regresen del exilio; como si hubiera dicho que su condición sería mejor de lo que nunca había sido; porque la simiente de Abraham había sido desgarrada como si estuviera hecha pedazos; y la gente a quien Dios pretendía que continuaran en una unión santa se había dividido de la manera más vergonzosa. De hecho, sabemos que hubo odio inveterado entre los judíos y los israelitas. Como entonces había habido una división tan vergonzosa durante mucho tiempo entre los hijos de Abraham, el Profeta ahora muestra lo que sería el fruto del exilio; porque después de haber sido castigados por el Señor por un tiempo, regresarían a su propio país, no para entretener la misma emulación que había existido, sino para unirse para invocar a Dios, a fin de que los judíos pudieran ser como hermanos para el Los israelitas y los israelitas podrían cultivar la concordia mutua con la tribu de Judá.

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