Aquí surge el Profeta, y con su propio ejemplo alienta a los fieles a tener confianza, incluso a recordar la promesa de Dios, como si realmente disfrutaran de lo que todavía les estaba oculto, no, como se ha dicho, increíble. Luego dice que se despertó y vio. Esta metáfora debería aplicarse a un sentimiento contrario al que el Profeta había quedado, por así decirlo, asombrado. Aunque los judíos aún no habían sido llevados al exilio, las diez tribus estaban en esa esclavitud miserable: su reino había caído y perecido, y la ruina final estaba cerca del reino de Judá. Mientras el Profeta estaba considerando estas espantosas venganzas de Dios, estaba, por así decirlo, abrumado por el sueño. Ahora dice que se despertó. Como en la oscuridad, los hombres pierden el rigor de sus mentes, y el sueño también prevalece, de modo que no pueden distinguir entre blanco y negro; así también el Profeta confiesa que estuvo por un tiempo, por así decirlo, sin vida; luego dice que se despertó, es decir, cuando el favor de Dios brilló, no por su propio efecto, sino en esta profecía.

Entonces vemos que él sabía a través de un espejo lo que aún estaba lejos; por el término de setenta años aún no había comenzado: pero la fe, como es bien sabido, es ver las cosas ocultas y la sustancia de las cosas ausentes; porque excepto la Palabra de Dios obtiene en nuestros corazones esta seguridad, traicionamos nuestra incredulidad. El Profeta dio una prueba de su fe, porque reconoció plenamente que todo lo que Dios había predicho, aunque muy distante, aún se lograría a su debido tiempo. Ahora entendemos por qué dice que se despertó.

Y agrega: Y mi sueño fue agradable para mí Después de haber dicho que vio la obra de Dios, que aún no podía ser vista por el ojo humano, ahora agrega que su sueño había sido agradable para él, mientras que él todavía triste y lleno de miedo; para el mejor aliviador de todos los dolores es la esperanza.

Pero hemos dicho que la tristeza por la cual la mente del Profeta había estado abrumada por un tiempo, se compara con un sueño. (48) Ahora agrega, -

En este momento me desperté y tuve una visión; Y mi sueño había sido agradable para mí.

Las visiones eran de dos tipos, dadas en el sueño y dadas a las personas despiertas: la visión previa se le dio al Profeta mientras dormía. - Ed.

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