El Profeta no dice nada nuevo aquí, pero solo fortalece lo que había dicho antes, y no es prolijo sin razón; porque aquí pretende no solo enseñar, sino también producir un efecto: y este es el diseño de la enseñanza celestial; porque Dios no solo desea que lo que dice se entienda, sino que también tiene la intención de penetrar en nuestros corazones: y la palabra de Dios, lo sabemos, consiste no solo en doctrina, sino también en exhortaciones, amenazas y reprensiones. Este plan entonces el Profeta ahora sigue: Vosotros, esposos, él, se avergüenza, y vosotros vinateros, aullan; porque pereció la cosecha del campo. La suma del todo es que los judíos, como ya dijimos, no podían disimular su indiferencia por ninguna razón; porque su clamor se escuchaba en todas partes, sus quejas resonaban en todas partes, que la tierra se había convertido en un desperdicio, que ellos mismos estaban hambrientos y que estaban afectados por muchas calamidades; y sin embargo, nadie reconoció que Dios, quien los visitó por sus pecados, era el autor. Pero lo que quede lo pospondré hasta mañana.

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