Se dan muchas representaciones de estas palabras. Sin embargo, aquí no hay una declaración excesiva; porque, como se ha dicho a menudo, el dolor de las personas bajo tal masa de males no podía expresarse lo suficiente. El Profeta, sin duda, extendió aquí su mano a los débiles, que de otro modo se habrían acostado como muertos; porque bajo tales males la ruina de toda la nación, la caída de la ciudad y la destrucción del templo, no podría ser sino tales pensamientos como estos deben haber ocurrido. Ahora, en cuanto a cualquiera que no esté familiarizado con tal juicio, pronto sucumbiría, si no se le hubiera presentado ningún remedio. Luego, el Profeta dicta todas las quejas piadosas que puedan, por así decir, verter con confianza y libertad en el seno de Dios.

Por lo tanto, vemos que aquí incluso se expresa lo que pueda ocurrir a las mentes de los hijos de Dios, para que no vacilen en sus dificultades para dirigir sus oraciones a Dios y confiesen libremente lo que sufrieron en sus almas. Por vergüenza cierra la puerta de acceso; y así sucede; que hacemos un clamor como si Dios estuviera lejos de nosotros; por lo tanto, la impaciencia estalla casi en cólera. Pero cuando se nos abre un acceso a Dios y nos atrevemos a confesar lo que agobia nuestras mentes, esta, como he dicho, es la mejor manera de obtener alivio y consuelo. Entonces debemos entender el diseño del Profeta, que sugiere palabras a los fieles, para que puedan expresar libremente sus preocupaciones y tristezas sobre Dios, y así encontrar algo de alivio.

Por esta razón, dice que una pequeña piedra o piedra le había roto los dientes. (178) La misma expresión, si no me equivoco, se encuentra en Job. Es una metáfora tomada de aquellos que presionan piedras en lugar de pan debajo de los dientes; porque cuando la arena yace escondida en el pan, duele los dientes. Luego, se dice que las penas internas y ocultas son como pequeñas piedras que rompen o rompen los dientes. Porque el Profeta no habla aquí de piedras grandes, sino que, por el contrario, habla de guijarros o piedras pequeñas, que engañan a los hombres, porque yacen escondidos en el pan o en la carne, o en cualquier otro tipo de alimento. Como, entonces, los dientes se lastiman al presionarlos, entonces el Profeta dice que sus penas fueron más amargas, ya que esa parte, como es bien sabido, es muy tierna; y cuando se produce una lesión en los dientes, el dolor se extiende instantáneamente casi por todo el cuerpo. Esta es la razón por la que dice que se le rompieron los dientes.

Luego agrega, que estaba cubierto de polvo, o que estaba acostado o arrastrado por el polvo. La expresión se toma de aquellos que son atraídos a modo de reproche por el suelo, como un cadáver, o alguna cosa sucia que aborrecemos. (179) Por lo tanto, el Profeta se queja de que no había nada menos que males extremos. Él añade, -

Y se ha desgastado con apretar los dientes.

- Ed

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