14. Y el Señor habló a Moisés. La diferencia de la víctima muestra claramente que aquí se hace referencia a otro tipo de delito; porque Dios ahora requiere un hombre en lugar de una mujer. Antes, se había contentado con una oveja o una cría; pero en la medida en que un carnero es más valioso, se deduce que el castigo ahora se otorga a un delito más grave. La atrocidad de la falla depende de la calidad del acto; es decir, cuando una persona no haya perjudicado meramente a un hombre mortal, sino a Dios mismo, ni haya transgredido solo uno de los Mandamientos de la primera Mesa, pero no haya pagado un voto, o haya ofrecido una víctima defectuosa, o deba han defraudado a Dios de su derecho en cualquier oblación; ya que esto es lo que significa la cláusula "en las cosas santas del Señor". En esta expresión, Moisés incluye tanto los votos hechos voluntariamente como las oblaciones legítimas, como los diezmos, las primicias, la ofrenda del primogénito; ya que en todas estas cosas los israelitas estaban estrictamente encargados de tratar con la mayor fidelidad con Dios. Si por casualidad la avaricia había cegado a alguien, de modo que en su búsqueda del beneficio personal le pagó a Dios menos de lo que debería, su imprudencia recibió justamente un castigo más fuerte. Sin embargo, debe entenderse que el delito al que se hace referencia aquí es uno en el que no hubo fraude ni engaño malvado; porque si alguien se hubiera apropiado ingeniosamente de lo que era sagrado, la impiedad de este sacrilegio no se expiaba tan fácilmente. Pero en la medida en que a menudo sucede que los codiciosos y los aferrados están demasiado listos para ahorrarse, Dios ordena un sacrificio en tal caso, donde la ventaja privada ha prevalecido a través de la irreflexión sobre el sentimiento religioso. Las palabras, "con tu estimación", algunas se refieren a Moisés, otras al sacerdote; pero prefiero tomarlo pasivamente para la estimación prescrita por Dios; que se llama la estimación de la gente, porque estaban obligados a aceptar la Ley designada por Él, y no a alterar arbitrariamente el valor. Moisés estima el carnero en dos shekels del santuario, equivalente a cuatro shekels comunes, (269) que asciende en dinero francés a unos veintiocho soles, (asnos. )

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