9. Y, he aquí, el ángel del Señor vino sobre ellos y dice que la gloria del Señor (145) brilló alrededor de los pastores, por lo que lo percibieron como un ángel. (146) Porque habría sido de poca utilidad que un ángel le dijera lo que relata Lucas, si Dios no hubiera testificado, por algún signo externo, que lo que oyeron procedió de Él. El ángel apareció, no en una forma ordinaria, o sin majestad, sino rodeado del brillo de la gloria celestial, para afectar poderosamente las mentes de los pastores, para que pudieran recibir el discurso que les fue dirigido, como proveniente de la boca de Dios mismo De ahí el miedo, del que habla Lucas poco después, por el cual Dios generalmente humilla los corazones de los hombres (como he explicado anteriormente) y los dispone a recibir su palabra con reverencia.

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