5. Dile a la hija de Sion. Esto no se encuentra, palabra por palabra, en Zacarías; pero lo que Dios le ordenó a un Profeta que proclamara, el Evangelista se aplica justa y apropiadamente a todos los maestros piadosos; porque la única esperanza, sobre la cual los hijos de Dios deberían construir y confiar, era que el Redentor finalmente vendría. En consecuencia, el Profeta muestra que la venida de Cristo da a los creyentes un terreno de gozo completo y completo; porque, dado que Dios no está reconciliado con ellos de ninguna otra manera que no sea a través de la agencia del Mediador, y como es el mismo Mediador quien libera a su pueblo de todos los males, ¿qué puede haber, aparte de él, que sea adecuado para animar? ¿hombres arruinados por sus pecados y oprimidos por problemas? Y como debemos estar abrumados por el dolor cuando Cristo está ausente, el Profeta recuerda a los creyentes que, cuando el Redentor está presente con ellos, deben estar perfectamente alegres. Ahora bien, aunque le otorga a Cristo otras recomendaciones, a saber, que es justo y que tiene salvación, Mateo ha tomado solo una porción, que se aplica al objeto que tenía en mente, es decir, que Cristo vendrá, pobre o manso; o en otras palabras, que será diferente a los reyes terrenales, cuya vestimenta es muy magnífica y costosa. Se agrega otra marca de pobreza, que él va a cabalgar sobre un asno, o el potro de un asno; porque no puede haber ninguna duda de que la forma de montar que pertenece a la gente común está en contraste con el esplendor real.

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