9. Diríjase a las autopistas. Después de haber demostrado que no son dignos de la gracia de Dios, que lo rechazan con desdén cuando se los ofrecen, ahora dice que su lugar es provisto por otros, por la gente común mala y despreciada. Y aquí se describe el llamado de los gentiles, que es excitar a los judíos a los celos, como lo tenemos en el Cantar de Moisés;

Me han provocado aquellos que no son dioses, y los provocaré por lo que no es un pueblo, y por una nación tonta los enfureceré, ( Deuteronomio 32:21.)

Habiendo sido elegidos por primera vez, imaginaron que la gracia de Dios estaba unida a ellos, como si Dios no pudiera desearlos; y cuán altivamente despreciaron a todos los demás es bien conocido. Así, a modo de admisión, compara a los gentiles con los pobres, los ciegos y los cojos. Él dice que los llaman desde la encrucijada y desde las calles, como extraños y desconocidos; pero aun así declara que ocuparán ese lugar que amigos y domésticos habían tratado con indiferencia. Lo que los profetas habían predicho oscuramente sobre la creación de una nueva iglesia ahora se expresa claramente. Este deshonor fue la finalización de la venganza divina sobre los judíos, cuando Dios

córtelos e inserte ramas silvestres en el stock del olivo, ( Romanos 11:17;)

cuando los arrojó y recibió a los gentiles contaminados y sucios en su casa. Pero si en ese momento no escatimó las ramas naturales, (Romanos 11:21), el mismo castigo nos será infligido este día, si no respondemos a su llamado. La cena que se había preparado para nosotros no se perderá, pero Dios invitará a otros invitados.

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