38. Luego fueron crucificados con él dos ladrones. Fue el golpe final de la desgracia más baja cuando Cristo fue ejecutado entre dos ladrones; porque le asignaron el lugar más destacado, como si "hubiera sido el príncipe de los ladrones". Si hubiera sido crucificado aparte de los otros malhechores, podría haber aparecido una distinción entre su caso y el de ellos; pero ahora no solo está confundido con ellos, sino que está elevado, como si hubiera sido el más detestable de todos. Por esta razón, Mark aplica a él la predicción de Isaías, (Isaías 53:12) fue contado entre los transgresores; porque el profeta dice expresamente acerca de Cristo, que él librará a su pueblo, no con pompa y esplendor, sino porque soportará la pista del castigo por sus pecados. Para que él pudiera liberarnos de la condena, este tipo de expiación era necesaria, para que él pudiera ubicarse en nuestra habitación. Aquí percibimos cuán terrible es el peso de la ira de Dios contra los pecados, por apaciguar lo que se hizo necesario que Cristo, quien es la justicia eterna, sea clasificado con ladrones. Vemos, también, el inestimable amor de Cristo hacia nosotros, quienes, para que él pueda admitirnos en la sociedad de los santos ángeles, permitieron ser clasificados como uno de los malvados.

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