Esto tiene el mismo objeto con la doctrina anterior. Los creyentes deben confiar en el cuidado paternal de Dios, esperar que les otorgue todo lo que consideren necesario y no atormentarse por ansiedad innecesaria.

Les prohíbe estar ansiosos, o, como Lucas lo tiene, buscar, es decir, buscar a la manera de aquellos que miran a su alrededor en todas las direcciones, sin mirar a Dios, a quien solo deben fijarse sus ojos; quienes nunca se sienten cómodos, pero cuando tienen ante sus ojos una gran cantidad de provisiones; y quien, sin admitir que la protección del mundo le pertenece a Dios, se inquieta y se burla con inquietud perpetua.

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