6. Todo lo que le agrade, etc. Esta es esa grandeza inconmensurable del ser divino, del que acababa de hablar. Al principio no solo fundó el cielo y la tierra, sino que gobierna todas las cosas según su poder. Reconocer que Dios hizo el mundo, pero mantener que está inactivo en el cielo y no se preocupa por su gestión, es arrojar una impiedad sobre su poder; y, sin embargo, la idea, por absurda que sea, obtiene amplia aceptación entre los hombres. No dirían, tal vez, en tantas palabras, que creían que Dios dormía en el cielo, pero al imaginar, como lo hacen, que renuncia a las riendas al azar o la fortuna, le dejan la mera sombra de un poder, tal como no se manifiesta en efectos; mientras que las Escrituras nos enseñan que es un poder práctico real, por el cual gobierna el mundo entero como lo hace de acuerdo con su voluntad. El salmista afirma expresamente que cada parte del mundo está bajo el cuidado divino, y que nada ocurre por casualidad o sin determinación. Según una opinión muy común, todo el poder necesario para ser asignado a Dios en el asunto, es el de una providencia universal, que no pretendo entender. La distinción aquí hecha entre los cielos, la tierra y las aguas denota un gobierno particular. El término חפר, chaphets, es enfático. El Espíritu Santo declara que hace lo que le agrada. Ese confuso tipo de gobierno divino del que muchos hablan no equivale a un cierto mantenimiento del orden en el mundo, sin el debido consejo. No se tiene en cuenta su voluntad de esta manera, porque la voluntad implica consejo y método. En consecuencia, existe una providencia especial ejercida en el gobierno de varias partes del mundo, no existe el azar, y lo que parece más fortuito, en realidad está ordenado por su sabiduría secreta. No estamos llamados a preguntar por qué quiere eventos que contradicen nuestro sentido de lo que debería ser su administración, pero si no perturbamos los fundamentos de la religión, debemos sostener esto como un principio firme, de que nada sucede sin lo divino. voluntad y decreto. (161) Su voluntad puede ser misteriosa, pero debe ser considerada con reverencia, como la fuente de toda justicia y rectitud, sin lugar a dudas como lo es para nuestro consideración suprema Para obtener más información sobre este tema, el lector puede consultar Salmo 115.

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