24. Porque no lo ha despreciado. Regocijarse en el bien del otro y dar gracias en común por el bienestar del otro, es una rama de esa comunión que debería existir entre el pueblo de Dios, como también enseña Pablo:

"Que por el obsequio que nos otorgaron muchas personas, muchas gracias pueden ser dadas en nuestro nombre". ( 2 Corintios 1:11,)

Pero esta declaración de David sirve para otro propósito importante: sirve para alentar a cada hombre a esperar que Dios ejerza la misma misericordia hacia sí mismo. Por cierto, estas palabras nos enseñan que el pueblo de Dios debe soportar sus aflicciones con paciencia, por mucho tiempo que le agrade al Señor mantenerlos en un estado de angustia, para que pueda socorrerlos y prestarles su ayuda cuando son tan severamente juzgados.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad