18. Jehová está cerca de aquellos que tienen el corazón roto. David aquí ejemplifica y extiende aún más la doctrina precedente, de que Dios es el libertador de su pueblo, incluso cuando son derribados, y cuando están, por así decir, medio muertos. Es una prueba muy severa, cuando la gracia de Dios se retrasa, y toda experiencia hasta el momento se retira, ya que nuestros espíritus comienzan a fallar; más aún, decir que Dios está cerca de los fieles, incluso cuando sus corazones se desmayan y caen, y están listos para morir, es completamente increíble para el sentido y la razón humanos. Pero de esta manera su poder brilla más claramente cuando nos levanta de la tumba. Además, se cumple que los fieles deben ser completamente abatidos y afligidos, para que puedan respirar nuevamente solo en Dios. De esto también aprendemos que nada se opone más a la verdadera paciencia que la nobleza de corazón de la que se jactan los estoicos; porque no se nos considera verdaderamente humildes hasta que la verdadera aflicción de corazón nos haya humillado ante Dios, de modo que, postrados en el polvo ante él, él pueda levantarnos. Es una doctrina llena del más dulce consuelo, que Dios no se aparta de nosotros, incluso cuando estamos abrumados por una sucesión de miserias y, por así decirlo, casi privados de la vida.

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