1 ¡Ten piedad de mí, oh Dios! porque el hombre me traga (330) Sería difícil determinar si habla aquí de enemigos extranjeros o domésticos. Cuando lo llevaron al rey Achish, era como una oveja entre dos grupos de lobos, un objeto de odio mortal hacia los filisteos, por un lado, y expuesto a persecuciones iguales de sus propios compatriotas. Él usa el término indefinido hombre en este versículo, aunque en el siguiente habla de tener muchos enemigos, tanto más forzadamente para expresar la verdad de que el mundo entero se combinó contra él, que no experimentó humanidad entre los hombres y se mantuvo en el último necesidad de ayuda divina. El término diario sugeriría que se refiera más inmediatamente a Saúl y su facción. Pero en general, deplora la miseria de su destino al ser acosado por adversarios tan numerosos y tan bárbaros. Algunos traducen שאף, shaaph, para mirar, pero se traduce más apropiadamente para tragar, una expresión fuerte, que denota la ira insaciable con la que lo asaltaron. Me he adherido a la traducción común de לחם, lacham, aunque también significa comer, que podría consistir mejor con la metáfora ya utilizada en la parte anterior del verso. Sin embargo, se encuentra en el sentido de luchar contra él, y no estaba dispuesto a apartarme de la interpretación recibida. Solo observaré de paso que aquellos que leen en el segundo miembro del versículo, muchos peleando conmigo, como si aludiera a la ayuda de los ángeles, confunden el significado del pasaje; porque es evidente que usa el lenguaje de la queja en todo el verso.

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